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Misunderstood Objects, óleo sobre MDF recortado, políptico de 4 piezas, medidas variables, 2011 |
Se ha dicho muchas veces que la palabra y la cosa no coinciden, que
existe un abismo infranqueable entre ellas. Los intentos a lo largo de la
historia por encontrar un “leguaje original” donde la palabra y la cosa
coincidan señalan la insuficiencia de las palabras para abarcar la realidad, su
fracaso para decir lo que en el mundo es y está. Kant decía que la cosa en sí
es incognoscible y es verdad que a las cosas nunca las vemos. Estamos frente a
una taza y vemos la “taza” y no la realidad concreta a la que nos referimos con
esa palabra. Las palabras forman una fina red de abstracciones que conforman y
condicionan nuestra percepción del mundo. En “El mono gramático”, Octavio Paz
afirma que la poesía, al trastornar los significados ordinarios de las palabras,
es capaz de devolverle a las cosas su “nombre propio”. Para Paz la “función
poética del lenguaje” tendría la capacidad de hacernos recuperar el mundo de
las cosas, avistando la realidad de una manera diferente e inmediata,
percepción que el lenguaje obnubila. Esta percepción “alterada” o diferente es
la puerta de acceso a un entendimiento peculiar del mundo y de las cosas: hay
en él un conocimiento, de ahí su importancia.
El recurso del chantournee o soporte silueteado, tan caro para las artes
decorativas o escenográficas pero con una amplia presencia también en la
historia de la pintura, es utilizado en INVENTARIO para reflexionar -desde la
pintura- sobre la diferencia entre cosa y representación, imagen y palabra. El
proyecto consiste en realizar un inventario de objetos pintados sobre láminas
de MDF recortadas con la forma/silueta de los objetos, de tal forma que
representación y soporte coincidan. Todos los objetos están pintados en láminas
de MDF de 9mm de espesor a una escala 1:1 de tal manera que las piezas resultantes
se convierten en algo así como el doble bidimensional de la cosa. Al darle al
soporte la forma del objeto se trastoca la relación entre referente/referencia
y se dota a la pintura de un carácter más objetual. Para darle uniformidad y
hacer sistemática esta catalogación, casi todos los objetos están representados
desde el mismo punto de vista: una perspectiva frontal donde la base del objeto
quede a la altura de la mirada.
INVENTARIO puede verse como un regreso de la pintura a la operación
básica de “nombrar” las cosas, en el entendido de que este “nombrar” de la
pintura es radicalmente opuesto a la operación propia del lenguaje
escrito/hablado de asignarle a cada cosa un signo -o conjunto de signos-
abstracto y arbitrario que la representa en nuestra mente y que sintetiza y
engloba una miríada de objetos diferentes que guardan alguna semejanza bajo un
mismo concepto. Si la palabra implica necesariamente la reductio de una particularidad y diversidad a una idea, la pintura,
por el contrario, trabaja siempre con realidades concretas donde la
especificidad de lo observado es de vital importancia. Especificidad que no se
limita a la unicidad de un objeto único e irrepetible, sino que incluye las
condiciones mismas de la observación y aún la psique entera del observador.
Ninguna de estas consideraciones de la realidad de la cosa pasan a la palabra,
pero bien pueden palpitar como “contenido” en la imagen resultante –palabreja
ésta, “contenido” que pone en evidencia las limitaciones que del incuestionado
paradigma de la inteligibilidad y legibilidad de la imagen sobre el que se
asienta toda la historia del arte-. El tomar en cuenta las particularidades del
objeto, afectado por infinidad de circunstancias en el proceso de
observación/elaboración de una imagen, proporciona a la imagen un entendimiento
de la realidad de las cosas por entero diferente
al carácter utilitario y práctico de las palabras.
La diferencia fundamental entre la palabra y la imagen es que mientras
la primera es una abstracción y un signo arbitrario para nombrar a las cosas,
la segunda es inevitablemente concreta y siempre va aparejada por una sensación
dada por la mirada de quien observa (en este caso, de quien pinta). Al trabajar
con realidades concretas, la práctica de la pintura puede proporcionar este entendimiento
no verbal de las cosas por su forma, de modo que pueda cumplir una misión análoga a
la función poética del lenguaje sin tantos malabarismos. Siguiendo a Manuel
Marín, puede afirmarse que la pintura tiene la virtud de podernos mostrar las cosas, oponiendo esta “intención
del ver” a otras: simbolizar, narrar y describir (y definiéndola sólo como la
exclusión de las otras tres). El célebre ensayo de Heidegger a propósito de los
zapatos de van Gogh no hablaría de otra cosa: sólo en el cuadro de van Gogh los
zapatos de un campesino pueden mostrar su “zapatidad”. Cuando se concibe a la
pintura como una mera forma de representación se niegan las potencialidades que la
caracterizan y que le dan sustento: ser la consignación y materialización de
una mirada, el registro de lo que una persona ve en un momento determinado.
Este entendimiento de las cosas se antoja necesario en el contexto actual,
donde las cosas y la realidad se desmaterializan en un mundo virtual y de
desecho que privilegia los signos y los valores nominales.
El sentido de este inventario estaría obviamente en la acumulación:
lograr reunir el mayor número de objetos posibles invitando a la creación de
conjuntos y subconjuntos generados por las más diversas asociaciones de
ideas.
Todo inventario necesita un orden y una catalogación que le dé un
sentido. La organización de los objetos en conjuntos que guarden alguna
relación entre sí haría las veces de clasificación y enriquecería el proyecto
al detonar una serie de asociaciones o lecturas que estarían ausentes en las
piezas aisladas. El guión que siga la clasificación de los objetos es entonces una
parte fundamental del desarrollo de este proyecto. La agrupación de los objetos
sigue criterios de semejanza ya sea por su utilidad práctica, el contexto al
que pertenezcan los objetos o por su morfología.
La misma elección de los objetos se presta para hacer comentarios acerca
de la historia del arte. INVENTARIO se entiende como una revisión no sólo del
género de la naturaleza muerta, sino de la historia de la pintura en general:
una plataforma para hacer comentarios y reflexiones -desde la práctica de la
pintura- de ese discurso hecho a base de continuidades y oposiciones
esquemáticas que llamamos historia del arte. La inclusión de objetos que subviertan el
sentido del conjunto o el criterio de agrupación es una estrategia para
aportarle al inventario niveles más complejos de lectura. Por ejemplo, la
inclusión de un cráneo humano –tan frecuente en las vanitas en el Barroco- en medio de una serie de productos y herramientas
de limpieza (aspiradora, escoba, botellas de detergente o cloro, etc.) actuaría
como un catalizador que cambiaría sutilmente la lectura que se haga del
conjunto: agregaría a la acumulación de objetos un comentario sobre la vanidad
y la futilidad de nuestro deseo de conservación (asepsia, higiene) ante lo
inevitable de la muerte. Del mismo modo, la inclusión de un urinario o un
escurridor de botellas (célebres readymades
de Marcel Duchamp) en un conjunto de objetos indiferentes a su pesada carga
histórica y conceptual, añadirían un comentario irónico acerca de la
asimilación del readymade como forma
artística. La profusión del objeto como obra de arte en el arte del siglo XX
(desde las construcciones cubistas, pasando por los objetos surrealistas y hasta
las máquinas de Tinguely o las piezas industriales de lo minimalistas) daría
material para hacer una miríada de comentarios como los anteriormente
descritos, enriqueciendo notablemente los alcances del proyecto y pudiendo
dotarlo de varios objetivos simultáneos
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Artilugios ópticos, óleo sobre MDF recortado, políptico de 10 piezas, medidas variables, 2011 |
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Continente contenido , óleo sobre MDF recortado, políptico de 13 piezas, medidas variables, 2011 |
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Los zapatos de van Gogh (y un pequeño equívoco sin importancia), óleo sobre MDF recortado, políptico de 27 piezas, medidas variables, 2011 |
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Los juguetes de su estudio, óleo sobre MDF recortado, políptico de 21 piezas, medidas variables, 2011 |
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Los juguetes de su estudio, óleo sobre MDF recortado, políptico de 21 piezas, medidas variables, 2011 |
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Los juguetes de su estudio, óleo sobre MDF recortado, políptico de 21 piezas, medidas variables, 2011 |
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Fiat lux, óleo sobre MDF recortado, políptico de 7 piezas, medidas variables, 2012 |
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Fiat lux, óleo sobre MDF recortado, políptico de 7 piezas, medidas variables, 2012 |
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La oficina de Sr. Godiñez, óleo sobre MDF recortado, políptico de 9 piezas, medidas variables, 2012
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Omaggio a Morandi, óleo sobre MDF recortado, políptico de 14 piezas, medidas variables, 2012 |
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Omaggio a Morandi, óleo sobre MDF recortado, políptico de 14 piezas, medidas variables, 2012 |
It has seldom been said that words have nothing to do
with things and that an insurmountable abyss exists between them. The attempts
made across history to find an “original language” where words and things happily
coincide, demonstrates the insufficiency of words to comprise reality, their
failure to bespeak what in the world exists. Kant said that things in
themselves (the “ding an sich”) are unknowable and certainly it´s true that we never
really see things. If, for instance, we have a cup in front of us, we see the
“cup” rather than the concrete material reality which we refer to by using that
word: words embroider a subtle network of abstractions that transforms and
filters our perception of the world. In “The Monkey Grammarian”, Octavio Paz
says that poetry, by disarranging ordinary meanings of words, is able to
restore the magical power of words –i.e. that of giving appropriate expression
to reality-. The poet refers to this possibility as the recovery of the “proper
name”: just as proper names refer to individuals and not to categories, words
in poetry regain the power to name things in their particular existence. This “altered”
perception is the threshold to a particular understanding of the world which
provides a very particular knowledge of things, hence its importance.
The chantournee or silhouetted canvas, so extensively used
in scenography or in decorative arts, but also widely present throughout the
history of painting, is used in INVENTORY to reflect on the differences between
thing and representation, word and image. The project consists in painting an
inventory of objects over trimmed MDF boards where the outlines of the objects
have been cut using an electric jig saw, so that representation and canvas
identify. All objects are painted in a 1:1 scale, so that the resulting
paintings are a sort of two-dimensional double of the depicted objects. In
order to make this catalogue of objects a uniform and systematic practice, all
motifs are rendered from the same point of view: a frontal view where the
object’s lower end is placed at the level of the eye (horizon line).By giving the
trimmed boards the same size of the original motifs, the reference/referent relation
is subverted and painting’s objectuality is stressed.
INVENTORY may be seen as painting’s return to the
basic operation of “naming” things, in the understanding that this “naming of
thing” is completely different and opposite to the process of spoken/written
language of assigning an abstract and arbitrary sign or group of signs to
represent thing in our mind, for this verbal representation implies the
synthesis of a whole array of things with a given resemblance into a single
unit. Whereas words imply necessarily a reduction of particularity and
diversity into a single idea, painting, on the contrary, always deals with
concrete realities where the specificity of observed thing is of the most
remarkable importance. This specificity doesn’t limit itself to the uniqueness
of the depicted object, but that also comprises the circumstances of observation
and even the beholder’s psyche. None of these aspects that condition and shape the
reality of things exists in the words used to name them, but they do permeate
in images as “mood” or “sensation”. Attaining the specific characteristic of
concrete objects, conditioned by myriads of circumstances in the process of
observation and image making, provides painting with an understanding of
reality completely different from that denoted by words.
The fundamental difference between words and images is
that words are abstractions defined by conventions -arbitrary signs to name
things- whereas images are always concrete and produce a sensation in the
beholder. Working with concrete realities, painting can produce a non-verbal
understanding of things by grasping their appearance. The final result of this observation
conveys an idea of what has been seen
which can only be communicated by the act of looking at the painting: the gaze
of the painter has summed up an understanding of the world that has acquired material
reality in the painting so that the task Paz gives to poetry can be fulfilled by
painting in a much easier way. Following art theoretician Manuel Marín, it can
be said that painting has the virtue of showing up things as they are.
Celebrated essay by Martin Heidegger on van Gogh’s shoes points out this
possibility: only in a van Gogh a shoe can show its “shoeness”. When painting
is regarded just as a vehicle for representation, all its substantial
potentials are neglected, namely, its ability to conceal the gaze and
understanding of the painter, to be the materialization of what a person sees
and feels in a certain moment. This particular understanding of the world which
painting provides seems to be of particular interest nowadays where things and
reality have dissolved in a virtual and disposable world that privileges signs
and nominal values.
The significance of INVENTORY lies not in the
individual pieces but in the accumulation of pieces and its consideration as a
whole. As a cumulative on-going project, its completion remains open: the more
objects that are included, the more complex and rich the readings of the piece
as a whole will be.
Any inventory needs order and classification to meet
its purposes of organization. In this INVENTORY, grouping objects in categories
due to its resemblance or functionality has been taken as initial criteria of
classification, but it may be subjected to deviations and deliberate exceptions
in order to enrich the possible associations for each group of objects and stimulate
more complex lectures.
The selection of objects may also be useful to reflect
on art history. There are certain objects which are loaded with explicit
meanings thanks to their long and recurrent use along art history. The incorporation
of such objects in this series of quotidian objects will entice and enrich the
spectator’s approach to the inventory and stimulate different interpretations
of the work. For example, painting a frequent motif of baroque vanitas such as a skull among cleaning
devises and healthy consumer goods could subtly change the sense of the series.
Likewise, painting a urinary or a bottle colander (Duchamp) lost among common
objects of daily life might neutralize the associations of the readymade and
add an ironic comment on the assimilation of the readymade as an artistic form.
The profusion of objects as art works in the 20th century art (from
the cubist and constructivist constructions, through the surrealist object and
up to Tinguely’s machines and minimalist industrial pieces) could give way to
lots and lots of comments as the ones described above.
Buenos días Victor,
ResponderEliminarHemos conocido de tu obra vía Bienal de Pintura Rufino T
amayo. Yo me encargo de analizar la escena emergente y de mitad de carrera en México, y considero que tu trabajo podría encajar muy bien con la visión curatorial-comercial de nuestra plataforma. Te invito a ver nuestra web e IG:
www.saishoart.com
https://www.instagram.com/saishoart/
El objetivo de Saisho es, por un lado, seguir poniendo en valor tu obra y darte visibilidad en España y Europa; y por otro lado hacer accesible tus trabajos a coleccionistas y compradores potenciales.
Tengo interés en contactar con vos para conocer mejor tu trabajo y presentarte Saisho. ¿Qué tal te viene en las siguientes semanas (12 de abril en adelante) entre 7 y 11 am (hora MX) para que encaje con nuestra franja horaria? Quedo pendiente con fecha/hora. Abajo está mi whatsapp y correo por donde nos podemos comunicar. Quedo atenta.
Gracias de antemano.
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Ariadna Arce Ybarra
Artist Coordinator / Saisho
ariadna@saishoart.com
Whatsapp: +505 86708844